Los días 20-22 de mayo, 2016, el partido tunecino Al-Nahda celebró su décima convención nacional, en la que reeligió a Rached Al-Ghannouchi como su encabezado y ratificó su visión de un cambio en la orientación del partido. En una entrevista con el diario francés Le Monde en vísperas a la convención, Al-Ghannouchi declaró que tras la revolución del 2011 y la instauración de la democracia en Túnez ya no había necesidad de ningún justificativo hacia el ‘Islam político’ en el país y que ahora Al-Nahda se consideraban a sí mismos como ‘demócratas musulmanes’.[1]

Esta declaración resonó: Al-Nahda comenzó en la década de 1970 como un movimiento islamista copiando el modelo de la Hermandad Musulmana (o incluso como la rama de la Hermandad en Túnez, dependiendo en quien uno pregunta; las relaciones históricas entre Al-Nahda y la organización internacional de la Hermandad no son del todo claras). En una entrevista posterior con el diario Al-Sharq Al-Awsat, Al-Ghannouchi explicó en más detalle el significado de esta evolución y la lógica tras ella. A partir de ahora dijo, Al-Nahda será únicamente un partido político, uno con «un punto de referencia islámico», pero es un «partido nacional civil, moderado abierto a todos los hombres y mujeres de Túnez». El partido ya no participara en actividades socio-religiosas de la sociedad civil y los actuales miembros de Al-Nahda que desean hacerlo se esperan abandonen el partido y encuentren otras vías de escape para sus actividades. Al-Ghannouchi no repitió el lenguaje exacto de dejar atrás al Islam político que este había utilizado en la entrevista de Le Monde, pero este rechazó claramente uno de los principios centrales del Islam político: la idea de que el Islam es un sistema global al que debería regulársele todas facetas de la vida.

Jefe del Partido Rached Al-Ghannouchi (izquierda) con el Presidente tunecino Beji Caid Essebsi (derecha) (Fuente: alwasat.ly 20 de mayo, 2016)

El rechazo de este principio representa una clara ruptura con la tradición clásica de la Hermandad Musulmana y con el propio punto de vista pasado de Al-Nahda. El fundador de la Hermandad Musulmana en Egipto, Hasan Al-Banna, escribió en su Risalat Al-Ta’alim, el cual permanece siendo un texto canónigo de la Hermandad: «El Islam es un sistema integral (shamil). Abarca todos los fenómenos de la vida. Es estatal y de la patria – es decir, es el gobierno y la nación [islámica]… «Este concepto del Islam como un sistema integral se conoce como ‘shumuliyya’; el mismo término en árabe también es utilizado dentro del sentido de ‘totalitarismo’. Este concepto fue afirmado en un documento ratificado por la convención Al-Nahda de 1987, que habla del «principio de plenitud (shumul)», tal como el Islam «no se limita a los reinos del credo y el ritual, sino que comprende también los dominios políticos, económicos y sociales».[2] En sus declaraciones a Al-Sharq Al-Awsat, Rached Al-Ghannouchi afirma explícitamente que el movimiento Al-Nahda abandona este concepto y se conecta entre los dos significados del término, que describe la adopción de ‘shumuliyya’ por los movimientos islamistas del siglo XX como parte de una ola general de totalitarismos varios (comunista, nacionalista e islamista).

La Hermandad Musulmana egipcia está actualmente experimentando con una iniciativa similar, aunque más modesta, que se resume en el lema de «separar la política partidista del proselitismo». Aunque inspirado en parte por los desarrollos de los movimientos islamistas de otros países tales como Túnez y Marruecos, el impulso principal de esta iniciativa de reforma procede de la propia corta experiencia de la HM egipcia en gobernar a Egipto en el 2012-2013. En el análisis de los elementos reformistas en la HM, la falta de independencia del Partido Libertad y Justicia de la Hermandad Musulmana fue perjudicial para ambos y fue una de las causas del endurecimiento de la oposición a la Hermandad Musulmana en la sociedad egipcia. A diferencia de Al-Nahda, los reformistas egipcios no están hablando de separar totalmente la política de las actividades socio-religiosas de la Hermandad, sino simplemente de poner fin a cualquier lazo organizacional entre la Hermandad y cualquier otro partido y mantenerlo alejado de la actividad política partidista. La Hermandad en su lugar tendría que avanzar su visión política como un grupo de presión o interés extraparlamentario. Sin embargo no está claro si esta iniciativa verdaderamente obtendrá ventaja de la Hermandad Musulmana egipcia. La organización se encuentra actualmente en medio de una severa crisis y cisma interno y, la iniciativa de reforma ha sido criticada por la facción contraria en la Hermandad, encabezada por el actual Guía Supremo Mahmud ‘Izzat.

Lo siguiente son extractos de la entrevista de Al-Sharq Al-Awsat con Rached Al-Ghannouchi y las declaraciones de los miembros de la tunecina Al-Nahda y la Hermandad Musulmana egipcia sobre estas iniciativas de reforma:

Rached Al-Ghannouchi: «De hecho somos la alternativa al extremismo, al EIIS y a Al-Qaeda»

En su 1 entrevista con Al-Sharq Al-Awsat de junio, 2016, Rached Al-Ghannouchi se refirió al pasado de Al-Nahda como un movimiento islamista político y la razón de su nueva transformación en un partido político divorciado del  activismo islámico de la sociedad civil:

«… La participación del Presidente [tunecino] [Beji Caid Essebsi] en la ceremonia de apertura de la convención Al-Nahda hace hincapié en lo que ha dicho: que nuestro movimiento ha evolucionado, en la práctica, de un movimiento islamista totalitario a un partido nacional civil, que se reconcilió con el estado y la sociedad [tunecina], [un estado y la sociedad] que claramente esta ha adoptado, en la Constitución del 2014, [el artículo de que] el Islam es la religión del estado y la religión de la inmensa mayoría del pueblo tunecino… Nosotros [en Al-Nahda] creemos que la reconciliación entre el estado y Al-Nahda y la subsecuente respuesta favorable a nuestro movimiento y su convención a nivel nacional, árabe, islámica y niveles internacionales, es confirmación de que somos de hecho la alternativa al extremismo, al EIIS y a Al-Qaeda y otras organizaciones cuya papel en la historia mostrará que pronto llegara a su fin.

«Después de la Primera Guerra Mundial, los totalitarismos religiosos, comunistas, de derecha y nacionalistas se esparcieron y se salieron de control debido a las políticas  represivas, el despotismo y de exclusión social. Entre éstos se hallaba un totalitarismo islámico que se produjo como respuesta al colapso del  Califato [otomano] y a las posteriores restricciones sobre el derecho a ser religioso, llevar a cabo los ritos, orar, llevar puesto el hijab, etc. Mientras que hoy, gracias al clima de libertad en la región, el movimiento tunecino Al-Nahda y algunos grupos en [otros] movimientos islamistas han evolucionado en la dirección política del partido civil… La ‘alternativa al EIIS’… son esos partidos democráticos civiles que se reconcilian con los puntos de referencia nacionales, árabes e islámicos [comunes a] la mayoría de la gente. Esto es especialmente cierto [de tales partidos] en los países del norte de África, incluyendo Al-Nahda, donde la inmensa mayoría [de la población] son musulmanes de la escuela Maliki y no están divididos por conflictos sectarios o de credo, en contraste con algunos de los países del Medio Oriente…

«Los mociones [adoptadas en] nuestra convención establecieron de que los que optan por la política de partidos se especializarán en la política de los partidos y la especialización en la labor caritativa, cultural y social, y el proselitismo será para aquellos que optan por renunciar a posiciones de responsabilidad en el partido político a fin de ponerse al servicio de la sociedad a través de las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones no partidistas que se han esparcido y cuyo papel se ha incrementado desde el triunfo de la democracia y el retiro del control por el estado y el ex partido gobernante por encima de ellos… las mociones [adoptadas en] nuestra convención [también] confirmaron la reconciliación con las leyes de la tierra y la nueva constitución respecto a la no intervención de los líderes del partido en los asuntos de las organizaciones de la sociedad civil. En el pasado, la represión del [estado] llevó a los movimientos totalitarios islámicos de izquierda a utilizar los sindicatos, organizaciones y sindicatos de estudiantes como parte de sus proyectos partidistas y en algunas fases los islamistas del mismo modo utilizaron las mezquitas donde se dan los sermones de los viernes [para este propósito]. Pero hoy el pueblo ha determinado la libertad de las actividades políticas y partidistas abiertas, tras la victoria de la democracia y el pluralismo político y partidista, por lo que la especialización de [hoy] [es decir, la separación de las actividades políticas y sociales/religiosas] es necesaria y beneficiosa. Esto no es sólo una división de los roles. Es una elección sentada en principios…»

«No queremos que el destino de la religión continúe siendo rehén de los avatares de la política, ni queremos que la política utilice la religión»

«Nunca hemos dicho que nosotros [Al-Nahda] nos hemos transformado de un partido islámico a un partido secular y las acciones [adoptadas en] nuestra convención no hablaron de renunciar al punto de referencia islámico, a pesar de la evolución de la identidad del partido político [Al-Nahda] en un moderado partido nacional civil (wasati) abierto a todos los tunecinos, hombres y mujeres. De hecho, uno casi no puede encontrar en Túnez hoy a algún importante líder político o partido que se describe a sí mismo como secular y rechaza la identidad islámica del país y del pueblo [y esto incluye] al Presidente, el fundador y líder del partido Nida Túnez, Beji Caid Essebsi y los miembros de su partido. Túnez es un país con una identidad árabe-islámica y la nueva constitución establece esto claramente. [Lo que hemos hecho] es transformarnos del  totalitarismo a la especialización partidista y política…

«Nuestro movimiento, al igual que los otros antiguos movimientos políticos e islamistas en la región, comenzaron como un movimiento totalitario. Bajo el contexto tunecino, esto puede estar relacionado al hecho de que el partido en el poder en sí mismo, durante los reinados de [Habib] Bourguiba y [Zayn Al-‘Abidin] Bin ‘Ali, fue un partido totalitario que dominó la vida política y la sociedad civil… Después de la caída del estado totalitario y el partido gobernante totalitario, pienso que el papel de todos los ‘partidos totalitarios’ – ya sean comunistas, nacionalistas o islamistas – han llegado a su fin… ¿Qué justificación queda a la politización de las mezquitas o a la utilización partidista de estas, cuando si existe un espacio para las actividades partidistas y políticas en las sedes de los partidos y en los espacios públicos?…

«[En el pasado] las disputas políticas y partidistas entre las autoridades y los partidos islamistas a menudo resultaron en dificultades a los religiosos en general para que practicaran rituales religiosos. Llegó a haber una confusión entre aquellos que rezan y los que se adhieren al partido [islamista]. Asimismo el uso del hijab fue prohibido… la política es siempre cambiante: es un campo de lucha entre las fuerzas opuestas y las batallas ¿por qué los ámbitos de proselitismo, el despertar religioso y las organizaciones para el mejoramiento cultural, social y religioso son lastimadas cada vez que existe un enfrentamiento político con el gobierno? No queremos que el destino de la religión continúe siendo rehén de las vicisitudes de la política, ni queremos que la política utilice la religión. La política es siempre cambiante, mientras que una de las características distintivas de la religión es su firmeza…

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace: http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/9398.htm

[1] Le Monde (Francia), 19 de mayo, 2016.

[2] Al-Ru’ya Al-Fikriyya Wal-Manhaj Al-Usuli li-Harakat Al-Nahda Al-Tunusiyya, [republicado] en junio, 2012, ennahda.tn.