La ola de refugiados que entra en Europa es un tema importante a debatir y de preocupación entre el público, los líderes y los medios de comunicación en Alemania y en Europa en general. Recientemente el impacto de la crisis de los refugiados fue evidente en las elecciones locales en Alemania, que registró un aumento en el poder del partido nacionalista de derecha que se opone firmemente a la política de inmigración de la Canciller alemana Ángela Merkel. 

Un incidente ampliamente publicitado que provocó un gran revuelo en Alemania y provocó un acalorado debate en relación a los refugiados ocurrió este día de año nuevo, cuando un grupo de embriagados, muchos de ellos refugiados del Medio Oriente, acosaron y asaltaron a varias mujeres en la estación de trenes de Colonia y según informes violaron al menos a una de ellas. 

El incidente y las reacciones a estos también fueron debatidos en la prensa jordana. El 19 de enero, 2016 la educadora jordana y periodista Zuleikha Abu Risha publicó un artículo en el diario Al-Ghad en el que afirmaba que el comportamiento de estos refugiados refleja la cultura prevalente en sus países de origen: la cultura árabe e islámica contemporánea que trata a la mujer como objetos sexuales o como cuerpos tentadores satánicos y por lo cual sanciona implícitamente actos de acoso y hostigamiento. Una semana después, el 27 de enero el columnista de Al-Ghad Mahmoud Al-Khatatbeh escribió un artículo en respuesta, en el que afirmó que el incidente había sido perpetrado por individuos que no representan a ninguna religión o nacionalidad en particular y condenó el que se establezca un vínculo entre su comportamiento y el Islam. 

Lo siguiente son extractos de los dos artículos:

Protestas en Alemania tras el incidente de Colonia (Imagen: youm7.com 17 de enero, 2016)

Educadora jordana: Las acciones de los refugiados en Colonia son el resultado de la cultura en sus países de origen

Zuleikha Abu Risha escribió: «Nuestras repulsivas enfermedades han emigrado hacia Europa, junto a los que han huido de allí en busca de refugio por la guerra y de la muerte. Los hombres que rodearon a las mujeres en la ciudad de Colonia en Alemania durante las celebraciones del año nuevo y que comenzaron a violarlas en público, desgarrar sus ropas y asaltarlas… no son una minoría que fue plantada [entre los refugiados]. Estos actuaron en nombre de todos los refugiados y de todos los residentes de su país de origen y en nombre de la cultura árabe e islámica de hoy día, la cual es defectuosa, en el pleno sentido de la palabra. Estos [simplemente] realizaban su suprimida, híper-cargada, distorsionada y afligida crisis de virilidad [que estalló] al momento en que vieron a mujeres libres que no están encarceladas en una prisión que las protege de su castidad, es decir en su hogar.

«Estos acosadores árabes, quienes avergonzaron a [toda] la humanidad, no son una minoría que dañó [la reputación de] un gran número de musulmanes que permanecen en sus países. Más bien, estos son parte de la gran máquina de hostigamiento que es la cultura contemporánea [islámica], [una cultura] que enseña a los hombres musulmanes desde la infancia que su encuentro con la mujer se lleva a cabo en un solo lugar y sólo con el propósito de tener relaciones sexuales. Esta es una cultura que hace que un hombre piense de una mujer [nada más que] en sus órganos sexuales – [una cultura] que despierta en su cuerpo el [instinto] arrogante de un antiguo cazador al acecho y una constante [sensación de] antojo, de manera que cuando vea a [una mujer] se abalance sobre ella y despedace su cuerpo, junto a su humanidad. Esta es una cultura en el que cada elemento y cada institución hace hincapié en que una mujer no es [nada más que] órganos sexuales y esto incluye su cabello y su cuerpo, e incluso su rostro, su voz y su presencia. Es una cultura en la que los predicadores y maestros de escuela, tanto hombres como mujeres, así como también los planes de estudio y los libros de texto, constantemente presentan a la mujer como una influencia corruptora y como una herramienta para [satisfacer] el deseo y nada más.

«[La cultura islámica] limita la relación entre hombres y mujeres [sólo] al sexo. Distorsiona la humanidad de la mujer, les lava el cerebro y hace que se consideren a sí mismas como seres inferiores y dependientes y como una carga [a otros]. Es una cultura alocada de sexo que ha convertido el misericordioso Paraíso en un objeto de deseo que no contiene nada más que placeres físicos salvajes, donde el hombre está en el centro, rodeado por miles de vírgenes de grandes pechos, de ojos negros y de la misma edad.[1] Esta es una cultura que dio luz a partidos, predicadores, jeques, jurisprudentes y a amplios sectores sociales cuya única preocupación es la mujer, ya sea como objeto sexual para ser obtenida o como una tentadora que debe ser controlada y oprimida.

«Aquellos que acosaron a las mujeres alemanas no son una minoría plantada, sino que son parte de una sociedad masculina que existe en su país de origen. [En estos países], cuando un joven acosa o viola a una mujer, la sociedad permanece silente y no condena o [incluso] debate el tema, o de lo contrario culpa y castiga a la víctima. Por lo tanto, todos los países de origen de todos los refugiados tienen parte en el crimen y en haberlo perpetrado. Nuestros países siguen criando hombres para acosar a las mujeres e implícitamente permitirles que hagan esto. [Esto será cierto], siempre y cuando sigamos considerando a las mujeres como objetos sexuales, como [herramientas para satisfacer] deseos y como diablas y mientras [nuestra] cultura social ve a la mujer – a su voz, su rostro y presencia – [como forma de realización de] una sexualidad vergonzosa y responsable de las perversiones y crímenes de los hombres. Todos los [miembros de nuestra sociedad] son responsables del acoso sexual, ya que están involucrados sea como testigos o como [cómplices] silenciosos. No perdamos las esperanzas!»

Columnista de Al Ghad: Los europeos deberían eliminar las causas de la ola de refugiados en lugar de perseguir a los refugiados

El periodista jordano Mahmoud Al-Khatatbeh escribió: «¿Por qué sucede eso, precisamente en este momento, que difaman a los refugiados que llegan a Europa, especialmente entre ellos los musulmanes sirios, describiéndolos como lobos despiadados y acosadores sexuales que violan el honor de las mujeres? Todo esto, basado en el incidente de hostigamiento sexual que ocurrió en Colonia, Alemania, en vísperas de año nuevo…

«¿Por qué los países europeos y sus medios de comunicación atacan violentamente a este grupo [es decir los refugiados], cuando todos saben que no están ahí para destruir los países hacia los que han huido? Los sirios, en particular, no huyeron de su país hacia Europa a fin de hostigar o robar. Escaparon de la muerte, del asesinato y la destrucción que prevalece en su país… La moral, religión, costumbres y tradiciones de los sirios no les permite realizar tal acto vergonzoso. Los sirios son demasiado nobles para dañar el honor [de alguien] o cometer [tal] horrenda y despreciable acción y si una pequeña minoría es capaz de esto, entonces es sin duda la acción de un solo individuo y no del colectivo.

«Tal vez lo contrario ocurre también, es decir los europeos acosan a las refugiadas, pero los medios de comunicación europeos no hablan sobre esto o le dan importancia tal como lo hicieron en el caso de hostigamiento hacia las mujeres alemanas. Además, la tradición y moral de la mujer siria no les permite revelar [este tipo de incidentes] o quejarse, por temor a la vergüenza que esto traerá sobre ellas. Hemos escuchado con frecuencia que en Europa, casos de violación y acoso ocurren durante todo el año, pero tienen su pico durante las celebraciones de año nuevo. La tasa de violaciones en Europa y los Estados Unidos es alta y no se limita a [los] hechos de algunos refugiados, que no representan a ninguna religión, nacionalidad o país específico, sino sólo a sí mismos…

«¿Por qué entonces los prominentes funcionarios europeos anuncian ahora que es imposible convivir con los refugiados y exigen expulsarlos y no recibir a más de ellos, como si [todos] fueran lobos que muerden a las mujeres de Europa y las acosan sexualmente?… Tal vez la razón es que los resultados de las encuestas europeas [que] predicen que para el 2040 o el 2050, Europa se ‘islamizará’, debido al creciente número de musulmanes en los países de este continente? ¿Han comenzado los europeos a temer que sus países se están volviendo cada vez más islámicos? Si esto es cierto, ¿cuál es el significado de este miedo? Después de todo, estos son países de leyes, libertades, libre opinión y [respeto a] puntos de vista diferentes.

«Sería mejor para los europeos que aborden las profundas causas de la emigración antes de que persigan a los refugiados que han huido de su país en busca de libertad, empleo y una fuente de sustento y antes de que les cierren las puertas… [Ya que] algunos países europeos ayudaron a las organizaciones terroristas e incluso facilitaron la entrada de las organizaciones armadas hacia Siria hasta que esta se convirtió en un bastión de elementos extremistas y terroristas [y por consiguiente estos países] tuvieron mucho que ver en el asesinato de cientos de miles de sirios, en la expulsión de millones de ellos y en el dejar a muchas viudas y a muchos huérfanos…

«Lo que es aún más agravante es que la gente entre nosotros sale y dice que el acoso sexual de las mujeres alemanas en vísperas de año nuevo puede atribuírsele a los principios [del Islam], la religión de la paz y de la compasión, cuando el Islam [en realidad] no tiene nada que ver con ello. [De hecho], el ‘ya anciano continente’ de Europa es el que más se beneficia de las oleadas de emigración a esta, ya que sus países sufren de una creciente tasa de ancianos entre sus ciudadanos y [por lo tanto] necesitan con urgencia de los refugiados que habitan entre ellos para que accionen las ruedas de sus economías».

[1] Una referencia a Corán 78:31-35: «Ciertamente, para el justo es un triunfo: los jardines amurallados y vides y las jóvenes doncellas de igual edad y copas desbordantes».