El 27 de mayo, 2016 la Dra. Elham Manea, una activista liberal yemení residente en Suiza, informó en sus cuentas Twitter y Facebook que, en el Hogar de las Religiones en Berna, una mujer había celebrado los rezos de los viernes en una congregación mixta de hombres y mujeres. El rezo fue dirigido por Halima Gosai Hussain, quien preside en Gran Bretaña un proyecto llamado Iniciativa de la Mezquita Incluyente (IMI). Luego de los rezos, La propia Elham Manea pronunció el sermón de los viernes. La llamada al rezo también fue realizada por una mujer. Además, el servicio incluyó intermedios musicales, otra característica que no es parte de la corriente principal del Islam.

El rezo de los viernes, dirigido por una mujer en el Hogar de las religiones en Berna (imágenes: Facebook.com/elham.manea.5) 

En el sermón que pronunció después del rezo, la Dra. Manea pidió a los musulmanes de ambos sexos rechazar las pretensiones de los clérigos musulmanes de que una mujer no puede servir como líder de los rezos y que los hombres y las mujeres no pueden rezar juntos en las mezquitas. Ella asimismo, instó a las mujeres a no esperar pasivamente a que el cambio llegue, sino exigirlo trayéndoselo para sí mismos. 

La noticia del servicio religioso del viernes conducido por una mujer y acompañado de música causó furor en las redes sociales. Muchos criticaron duramente a Manea y a los demás que participaron en el servicio, acusándolos de herejía y los llovieron de maldiciones e insultos. En respuesta a estos ataques, Manea publicó un artículo en el portal Al-Hiwar y en su página Facebook en el que repitió lo que había dicho en el sermón de los viernes y destacó que todo lo que ella y los demás participantes hicieron fue rezarle a Alá.

Cabe señalar que esta no es la primera vez que una mujer ha conducido los rezos del viernes en una mezquita. El 12 de febrero de este año, se informó que la activista musulmana nacida en Dinamarca Sherin Khankan había abierto la Mezquita Miriam en Copenhague, que ofrece servicios religiosos de los viernes conducidos por mujeres y para mujeres solamente. Khankan dijo que trató de cuestionar el carácter patriarcal que domina las instituciones religiosas del Islam – del mismo modo que domina a otras religiones – e hizo hincapié en que las respuestas de los musulmanes de Copenhague a la apertura de la mezquita fueron positivas y que las críticas fueron ‘suaves’.[1]

Los primeros rezos conducidos por una mujer se llevaron a cabo hace más de una década, el 18 de marzo, 2005, cuando la Dra. Amina Wadud, musulmana estadounidense de origen hindú, quien es profesora de estudios islámicos en la Universidad de Virginia Commonwealth, condujo un servicio religioso para una congregación mixta en Nueva York. Los rezos del viernes se llevaron a cabo en una iglesia en la ciudad de Nueva York, luego que varias mezquitas se negaron a tenerla como huésped debido a las amenazas por los extremistas. La llamada al rezo también fue llevada a cabo por una mujer, que además de establecer este precedente lo hizo con su cabeza descubierta. Al servicio asistieron unos 100 hombres y mujeres. La principal organizadora del evento fue Asra Nomani, autora musulmana de origen hindú. Los organizadores indicaron que su objetivo era establecer el tema de la igualdad de derechos para las mujeres y los hombres en la agenda musulmana, e hizo hincapié en que las mujeres tenían derecho a ser líderes espirituales en el Islam. Una semana más tarde, los rezos de los viernes fueron conducidos de nuevo por una mujer, esta vez en Boston, por una musulmana estadounidense llamada Nakia Jackson. Asimismo, durante esa semana, la propia Asra Nomani condujo a una congregación mixta en los rezos de la Universidad de Brandeis y declaró que continuara organizando rezos similares liderados por mujeres por todos los Estados Unidos.[2]

La Dra. Manea en su sermón: Las mujeres deberían orar en las mezquitas al igual que los hombres; ellas deben exigir cambios hoy

Lo siguiente son extractos traducidos del sermón de la Dra. Elham Manea el 27 de mayo en la mezquita en Berna: «Permítanme comenzar con la historia de Frieda Hirschi de Suiza; A los 17 años, aprendió la profesión de modista – una buena profesión, respetable y adecuada para una chica. Para ese momento, se esperaba de una mujer, que iba a la iglesia o en las reuniones de la comunidad, que se mantuviese en silencio. Ellas tuvieron que someterse al orden patriarcal. Si ella le hubiese dicho a su comunidad que un día estudiara teología y se convertirá en pastora – de que tendría su propia iglesia y comunidad religiosa – le hubiesen dicho: ‘Estás soñando con la luna – y las mujeres no vuelan hacia la luna».

«Bueno – La Pastora Frieda Hirschi se atrevió a soñar y hoy está sentada con nosotros en esta reunión. Una mujer que lidera una comunidad en una iglesia. Ella si voló hacia la luna!

«Del mismo modo, se nos dice ahora que una mujer no puede servir como imam en los rezos comunitarios [es decir, sexos mixtos] Se nos dice que los juristas – todos hombres – acuerdan que una mujer no puede liderar un rezo, ni mucho menos el rezo de los viernes. «Existe un consenso», dicen, basando su consenso en una tradición atribuida al Profeta: ‘un pueblo guiado por una mujer no prospera’. Esta tradición, por cierto, es considerada débil, es decir, [el Profeta] pudo no haberlo dicho en lo absoluto. Sin embargo, las tradiciones débiles milagrosamente se convierten en verdades duras cuando se refieren a las mujeres.

«También se nos dice, ‘Este no es un momento apropiado para plantear estos temas triviales. Existen temas más urgentes y graves que deben ser abordados. No nos planteemos temas que conducen a la discordia – necesitamos estar unidos!’

«Entiendo que el cambio es difícil. Si uno está acostumbrado a hacer lo mismo durante siglos, por supuesto que será difícil cambiar estas formas de vida. También entiendo que el cambio nos asusta… Pero estoy cansada. Estoy cansada de esperar, con la esperanza de que un día cambiemos. Ya que el cambio sólo puede venir si lo exigimos. El cambio sólo puede venir si reclamamos nuestros derechos.

«Ha llegado el momento de desafiar nuestras suposiciones sobre el papel de la mujer en una casa de Alá y en la sociedad. ¿Dónde, cómo y cuando a una mujer se le pide que ore refleja su estatus social en su comunidad! Una mezquita en la que uno sólo ve a hombres rezando es un espejo de una sociedad patriarcal donde los hombres controlan el espacio público… Por lo tanto, una mujer exigiendo orar en el mismo espacio donde los hombres oran no está exigiendo algo trivial. Ella está exigiendo un cambio en ese orden social y de su lugar en este. Lo absurdo es que en los años 70, aquí en Berna, las mujeres y los hombres solían orar juntos en la única mezquita que estaba disponible para ese entonces… Pero el dinero comenzó a fluir desde el Golfo y la interpretación extremista wahabí [del Islam] comenzó a prevalecer y paso a paso la mezquita cambió, hasta que un día fue erigido un muro para separar a los hombres de las mujeres. Para ese entonces orábamos juntos, ahora se nos dice que no es posible!

«La hora del cambio es ahora, no mañana, no en un mes, no en un año. Ahora! El momento del cambio es hoy.

«Estamos pidiéndolo respetuosamente; lo pedimos en un mensaje de amor hacia nuestra religión y a nuestra comunidad y por amor al principio universal de igualdad. Porque cuando rezo, rezo como ser humano, no como mujer. Yo estoy junto a otro ser humano, no un hombre y oramos juntos como iguales ante Alá – un Alá sin sexo, un Alá de igualdad.

«Mis apreciados hombres y mujeres, nosotros también estamos volando hacia la luna…»[3]

La Dra. Elham Manea dando el sermón en Berna (Imagen: Facebook.com/elham.manea.5)

La Dra. Manea en respuesta a los ataques: ¿Qué hemos hecho nosotras para que nos maldigan y nos acusen de herejía?

Tal como ha sido indicado, las noticias del evento provocaron respuestas mordaces en las redes sociales contra los participantes y especialmente contra la propia Manea, incluyendo insultos y acusaciones de herejía. Manea respondió a estos ataques en un artículo que publicó en el portal Al-Hiwar. Ella escribió: «¿Qué hemos hecho? Les pregunto, ambos hombres y mujeres: Por Alá, de donde vienen toda esta ira, maldiciones, amenazas y palabras hirientes? Que es precisamente lo que hemos hecho?

 

«Por Alá, yo les amo a pesar de que me están maldiciendo, porque sé que sus respuestas son motivadas por [su] temor a nuestra religión. Piensan que queremos hacerle daño a nuestra religión. Sí, es nuestra religión al igual como lo es suya. Y por eso que les pido me escuchen, sin temor y sin dudar de mis intenciones…

«[Todo lo que hicimos fue] orarle al Todopoderoso Alá. Nos arrodillamos ante Alá en sumisión, ambos hombres y mujeres. Éramos hombres y mujeres creyentes. Eso es todo lo que hicimos. Escuchábamos música espiritual interpretada por un músico que no forma parte de esta iniciativa. Es importante que sepan eso, para que [nadie] lo lastime sólo por estar presente en esa sala. La música espiritual está llena de angustia y anhelo por Alá… eso es todo lo que hicimos. Oramos, seres humanos juntos, orándole a Alá, la deidad de la igualdad y el amor y nuestro rezo fue dirigido por una mujer, quien es [también] un ser humano. Un ser humano y no [la encarnación de] la sexualidad vergonzosa… Hicimos esto como parte de una Iniciativa Inclusiva de la Mezquita. Esta iniciativa ha comenzado a esparcirse, ya que es humana en su esencia. Debido a que todo lo que exigimos es orar en la mezquita ante Alá, junto a los hombres. Todo lo que exigimos es que la mujer encuentre su lugar en la mezquita, en el mismo lugar donde el hombre reza.

«En la década de los 70 nosotros [los musulmanes] solíamos hacer esto en Malasia, Malí y Suiza. Rezábamos juntos. Pero la ola de extremismo religioso que nos llegó desde el corazón de la región [saudita] Al-Nayd borró nuestras prácticas religiosas y el papel que desempeña la música en estas. Este es el extremismo que nos dice que una mujer no es un ser humano, pero es [la manera de encarnar] la sexualidad vergonzosa, mercancía [a ser utilizada] para el placer y a quien pueden casar a la edad de nueve años. Este es el extremismo que nos dice que la música, nuestro patrimonio cultural y la espiritualidad, son entes malvados y parte del culto al diablo. Este es el extremismo que nos dice que odiemos, excluyamos al [otro] y nos opongamos al pluralismo en fe. Este es un extremismo que ha convertido el enfoque arcaico de los estudiosos de la religión en un ídolo que adoramos en lugar de Alá. El enfoque de los estudiosos de la religión se ha convertido en un ídolo, pero yo no soy una idólatra. El enfoque de los estudiosos de la religión se ha convertido en un ídolo, pero yo le rezo a Alá…

«No queremos ser excluidas [del Islam]. Respetamos todos los caminos que conducen a Alá y respetamos las mezquitas que existen en nuestras sociedades. Todo lo que pedimos es que acepten el hecho de que nosotras también tenemos derecho [a un lugar] en la mezquita…

«¿Qué hemos hecho que nos excluyen del pliego de la religión de Alá? Le oramos a Alá el Todopoderoso y nos arrodillamos ante Él… Eso es todo lo que hicimos».[4]

[1] Aljazeera.net 13 de febrero, 2016.

[2] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 227, Primeros rezos de los viernes llevados a cabo por una mujer: Reacciones de los musulmanes a un precedente histórico, 22 de junio, 2005.

[3] Facebook.com/elham.manea.5 30 de mayo, 2016.

[4] Ahewar.org 2 de junio, 2016.