Por: C. Jacob*

Introducción

El 17 de abril, 2017 unos 1.500 prisioneros palestinos encarcelados en prisiones de Israel comenzaron una huelga de hambre, bajo liderazgo del miembro del Comité Central de Fatah Marwan Al-Barghouti, quien cumple cinco sentencias de cadena perpetua por cargos de asesinato. El itinerario de la huelga, que terminó 41 días después, el 27 de mayo, fue dificultoso para la Autoridad Palestina (AP), que temía conduciría a disturbios violentos justo cuando el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump recibía al Presidente de la AP Mahmoud ‘Abbas en la Casa Blanca y durante la visita posterior de Trump a Belén como parte de sus esfuerzos por reanudar las negociaciones palestino-israelíes. Otra de las dificultades a las que se enfrentó la Autoridad Palestina fue el temor de que Al-Barghouti – quien inició y lideró la huelga – se vería como el único responsable de esta, en lugar de la AP y el propio ‘Abbas.[1]

Sin embargo, la AP y Fatah no podían ser indiferentes a la huelga como para así no provocar indignación pública y por ende lanzaron una campaña de apoyo a los prisioneros. La campaña incluyó: el establecimiento de campamentos de solidaridad en toda Cisjordania, que también sirvieron de plataforma para que los representantes de Fatah y de la AP ofrecieran discursos junto a un lugar de encuentro para las familias de los prisioneros; la celebración de actividades de protesta como huelgas generales, realizar desfiles, declarar días de ira, el bloqueo de carreteras y el marchar hacia la frontera con Israel y otros puntos de fricción. Del mismo modo, el gobierno de la Autoridad Palestina, liderado por el Primer Ministro Rami Hamdallah, anunció una sesión gubernamental abierta para la duración de la huelga de los prisioneros y el Consejo Revolucionario de Fatah pidió se intensificara la resistencia popular. Asimismo, la cancillería palestina instruyó a sus representantes en el extranjero a que realizaran actividades de solidaridad con los prisioneros y los representantes de Fatah y de la AP pidieron a las delegaciones internacionales que presionaran a Israel para que cumpliera con las demandas de los prisioneros.

La reacción de la Autoridad Palestina, liderada por ‘Abbas a la huelga de hambre de los prisioneros revela la duplicidad de su postura frente al terrorismo: Si bien se apoya en anunciar su oposición a la violencia y el terrorismo y condena los ataques terroristas y a sus perpetradores en el mundo, cuando el tema es sobre los prisioneros de seguridad palestinos en las cárceles israelíes, donde la gran mayoría de estos fueron condenados por cargos de terrorismo, incluyendo el asesinato de civiles israelíes, luego de los Acuerdos de Oslo – la AP glorifica sus actos, los presenta como combatientes de la libertad e interpone su causa en el tope de la agenda palestina. Esto se manifiesta por las reuniones de ‘Abbas con las familias de los prisioneros,[2] incluyendo reuniones con terroristas que tienen sus manos manchadas de sangre quienes llevaron a cabo horrendas operaciones de terrorismo; presentándole la causa de los prisioneros ante el Presidente Trump durante su visita a la región; pidiéndole al enviado estadounidense al Medio Oriente Jason Greenblatt, durante la reunión del 25 de mayo de ‘Abbas con él que presione a Israel para que cumpla con las demandas de los prisioneros; y alabando efusivamente el heroísmo y sacrificio de los prisioneros.[3]

Los diarios de la AP cubrieron ampliamente la huelga de hambre, con titulares de primera página, extensos artículos, fotos y caricaturas donde presentaban a los prisioneros como víctimas que sufren grandemente al no notar las actividades terroristas que causaron sufrimiento a otros y que los colocó en prisión. Todos los días, Al-Hayat Al-Jadida informó, en su primera página, el número de días de la huelga de hambre, la cual había sido apodada «La Batalla de Al-Hurriya Wal-Karameh» es decir, «La Batalla por la Libertad y el Honor» y refiriéndose a los prisioneros como «los héroes de la libertad y el honor».[4] Además, hubo acciones para promover la conciencia pública de la huelga, tales como la edificación de un modelo de prisión en la Plaza Natividad de Belén en vísperas de la visita de Trump allí (ver fotos debajo);[5] la colocación de una señal de parada en el municipio de Ramala con el rotulo de «Pónganse de lado de los Prisioneros»; e incluso una ceremonia matrimonial para una joven pareja en uno de los campamentos de protesta a fin de mostrar solidaridad con los prisioneros.

Modelo de una prisión, completa con prisioneros, instalada en el centro de Belén antes de la visita de Trump

Señal de pare que lee «Pónganse de parte de los Prisioneros»; letrero que dice «Huelga de Hambre» (Fuente: Akhbarelyom.com, 26 de abril, 2017).

Comenzando en la mañana del 27 de mayo, luego de 41 días de huelga de hambre, el liderazgo de los prisioneros en huelga, encabezados por Al-Barghouti, le anunciaron al director de la Autoridad de Asuntos Civiles de la AP Hussein Al-Sheikh, de que la huelga había terminado tras un acuerdo alcanzado luego de 20 horas de negociaciones entre los líderes de los prisioneros y el Servicio Penitenciario de Israel en la prisión de Ashkelon. Cabe señalar que 10 dirigentes de entre los prisioneros, incluyendo a Al-Barghouti, habían sido llevados a la cárcel de Ashkelon especialmente para llevar a cabo estas negociaciones.

Los detalles del acuerdo aún no han sido oficialmente publicados, pero según un anuncio del Presidente de la Autoridad de Prisioneros de la AP Issa Qaraqe, los prisioneros obtuvieron el 80% de sus demandas, incluyendo el permiso para que sus familias les visiten dos veces al mes. El anuncio, que siguió a la conversación de Al-Sheikh con Al-Barghouti, declaró que la AP financiara una segunda visita mensual para las familias de los presos, a un costo de 6 millones de dólares. Cabe señalar que personalidades de todo el espectro político palestino se unieron para expresar satisfacción por la huelga y felicidad por lo que percibían como una victoria para los prisioneros en su lucha por mejorar sus condiciones en prisión.

Las versiones palestina e israelí de lo logrado por los prisioneros divergieron. Funcionarios israelíes declararon que la única demanda cumplida fue la de una visita mensual adicional, que sería financiada por la Autoridad Palestina. En cambio, funcionarios palestinos dijeron que los prisioneros habían obtenido varias mejoras en las visitas familiares, incluyendo el levantamiento de la prohibición de visitas a 140 hijos de los prisioneros; un mejor cuidado de la salud; y mejores condiciones para los adolescentes y mujeres.[6]

Este escrito revisará los objetivos de la huelga y sus motivos dentro del contexto de las disputas internas de Fatah; la AP y Fatah en la campaña de solidaridad con los prisioneros; la glorificación por funcionarios de la AP a los prisioneros condenados por el terrorismo y la cobertura de los medios de comunicación de la AP a la huelga.

Los objetivos de la huelga: mejorar las condiciones – así como alcanzar los objetivos nacionales y el lanzamiento de una nueva Intifada

La razón oficial por la que los presos optaron por realizar la huelga de hambre fue para mejorar sus condiciones. Los prisioneros presentaron una larga serie de demandas como condiciones para poner fin a su huelga, incluyendo la instalación de aire acondicionados, involucrar a médicos del extranjero y restablecer los estudios académicos para los prisioneros. En una carta oficial enviada al Servicio Penitenciario de Israel figuraban las siguientes demandas: poner fin a la política de aislamiento y detención administrativa; mejorar las condiciones de vida en la cárcel mediante la instalación de teléfonos públicos en todas las prisiones y teléfonos alternos para que los prisioneros puedan llamar a sus familias, instalar aire acondicionados y ventilación en las celdas, reabrir las cocinas y panaderías en todas las cárceles y permitir que los presos compren los víveres que necesitan; mejorar las condiciones de visita reanudando la segunda visita mensual que la Cruz Roja suspendió, incluso para los residentes de Gaza, el no negarle visitas a parientes de primero y segundo grado, extender las horas de visita a 45 minutos, permitiendo que los reclusos fuesen fotografiados con sus familias una vez cada tres meses, la construcción de instalaciones públicas para las familias en las entradas de las prisiones, permitiéndole a los hijos y nietos menores de 16 años asistir a todas las visitas y permitirle a los visitantes traerle a los prisioneros libros, diarios, ropa y otros artículos personales; mejorar la asistencia sanitaria cerrando el hospital de la prisión de Ramleh que, según los presos, no provee atención médica adecuada, realizar revisiones médicas regulares, reducir el período de espera para las operaciones, traer especialistas del extranjero y liberar a presos enfermos y especialmente discapacitados, eximir a prisioneros de pagos en la atención médica, regresar a los presos directamente a la prisión luego de tratamientos médicos fuera de esta sin retrasos y proveer alimentos en el camino; proveer condiciones adecuadas para el transporte de mujeres prisioneras y permitirles recibir a los visitantes cara a cara (sin una barrera); restablecer los estudios en la Universidad Abierta y permitirle a los prisioneros tomar los exámenes oficiales de matriculación».[7]

El documento en el que se enumeran las demandas de los prisioneros (fuente: ynet.co.il, 4 de abril, 2017)

Sin embargo, funcionarios palestinos y columnistas en los diarios y portales palestinos mencionaron objetivos adicionales de la huelga de hambre. Según ellos, el objetivo principal fue aumentar la solidaridad con los prisioneros y precipitar una nueva intifada que traería el fin de la ocupación. Qadura Fares, presidente del Club de Prisioneros Palestinos, advirtió que la huelga de hambre conduciría a una intifada primero en las propias cárceles y luego en los territorios palestinos.[8] El columnista jordano Hamada Far’ana también escribió que Marwan Al-Barghouti actuaba con el propósito de iniciar una intifada.[9] El ex diputado palestino y administrador del portal Amad Hassan ‘Asfour describió la huelga como una nueva intifada.[10]

El segundo objetivo mencionado fue la internacionalización del tema de los prisioneros palestinos y, con ello modificar su condición, haciéndolos ver como prisioneros de guerra en lugar de terroristas. De hecho, desde el comienzo de la huelga funcionarios palestinos se encargaron de alistar a la comunidad internacional a fin de presionar a Israel para que cumpliera con las demandas de los prisioneros y de esta manera desactivar las exigencias israelíes y estadounidenses para que la AP detuviera los pagos que realizan a los prisioneros. En una reunión con la esposa de Al-Barghouti, el Presidente palestino Mahmoud ‘Abbas le prometió que actuaría dentro de la arena internacional para «salvar la vida de los prisioneros».[11] El hijo de Marwan Al-Barghouti Qassam, dijo que en los territorios palestinos se estaban produciendo manifestaciones paralelas a las actividades diplomáticas con los cónsules extranjeros.[12]

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la propuesta de renombrar a los prisioneros ante los ojos de la comunidad internacional como prisioneros de guerra en lugar de terroristas – no tuvo éxito.

Aun así, otro objetivo que tuvo la huelga fue lograr la unidad dentro de Fatah, así como también unir a Fatah y Hamas. En una carta el 16 de abril dirigida al movimiento Fatah, Al-Barghouti escribió que el movimiento estaba enfrentando un desafío, pero también una oportunidad para presentar una postura unida por los prisioneros de Fatah y así incrementar su importancia, para terminar con todos los fenómenos negativos que han plagado a Fatah en los últimos años y reforzar su fuerza, su unidad y su rol en la lucha.[13] En cuanto a la unidad entre Fatah y Hamas, el investigador palestino Ahmad ‘Issa escribió que «la huelga de los prisioneros tendrá un impacto inevitable en el diálogo palestino sobre el cisma (Fatah-Hamas), el cual se encuentra en su peor momento».[14] Sin embargo, la negativa de los prisioneros de Hamas a unirse a la huelga redujo las posibilidades de lograr la unidad Hamas-Fatah, las cuales se veían escasas en su comienzo.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/palestinian-authority-fatah-lead-campaign-solidarity-and-glorification-hunger-striking

*C. Jacob es compañero investigador en MEMRI.

[1] Sobre la rivalidad entre ‘Abbas y Al-Barghouti, véase el Despacho Especial No. 6376 de MEMRI, Marwan Barghouti: Pongan fin a la coordinación de seguridad con la ocupación, esmérense por una intifada integral, 6 de abril, 2016.

[2] Véase el Despacho Especial No. 6819 de MEMRI, Presidente palestino ‘Abbas se reúne con los terroristas y sus familias, 8 de marzo, 2017.

[3] Amad.ps, 25 de mayo, 2017.

[4] Al-Hayat Al-Jadida (AP), 12 de mayo, 2017.

[5] Maannews.net, 23 de mayo, 2017.

[6] Al-Ayyam (AP), 29 de mayo, 2017.

[7] Al-Hayat Al-Jadida (AP), 19 de abril, 2017.

[8] Al-Hayat Al-Jadida (AP), 18 de abril, 2017.

[9] Amad.ps. 23 de abril, 2017.

[10] Fatehmedia.net, 19 de abril, 2017.

[11] Wafa.ps, 25 de abril, 2017.

[12] Al-Yawm Al-Sabi ‘ (Egipto), 20 de abril, 2017.

[13] Asravoice.ps, 16 de abril, 2017.

[14] Maannews.net, 23 de abril, 2017.