En un artículo en el diario saudí londinense Al-Hayat el Dr. Salman Masalha, intelectual israelí-árabe druso, discutió un proyecto de ley israelí que busca prohibir el uso de altavoces por parte de las casas de culto, lo que impediría a las mezquitasutilizarlos para transmitir la llamada del almuédano (es decir, la llamada a los rezos). En contraste a la respuesta predominante a este proyecto de ley en el mundo árabe y musulmán, de que es una declaración de guerra en contra del Islam, Masalha señaló que los altavoces de la mezquita molestan a muchos, tanto judíos como árabes. Además, dijo, incluso en los países árabes se han hecho llamados a prohibir el uso de altavoces y se han emitido fatuas justificando tal prohibición. Este llamó a no considerar el proyecto de ley desde la perspectiva populista del conflicto árabe-israelí, sino considerarlo objetivamente desde la perspectiva del bien público.

Lo siguiente son extractos del artículo:[1]

Dr. Salman Masalha. (Imagen: Ahewar.org)

«Desde la situación que existe entre los judíos y los árabes, entre Israel y Palestina, es antinatural, cualquier demanda por un bando causa [automáticamente] muchas dudas y aprensión en el otro. Esto ha sido evidente recientemente tras esfuerzos del gobierno israelí para promover un proyecto de ley que limita el volumen de los altavoces de las mezquitas con el argumento de que molestan apersonas que viven en las cercanías. Ya que el carácter de este gobierno israelí – con su coalición de derecha y el comportamiento racista que ha exhibido en muchos de los casos es claro y conocido a todos, este proyecto de ley… ha causado aprensión en el otro bando, es decir, los residentes musulmanes, muchos de ellos dicen que es un proyecto de ley racista, pero ninguno de ellos se compromete a considerarlo desde una perspectiva objetiva y examinar la [impacto] de los altavoces no sólo en el sector judío, sino especialmente en las ciudades y pueblos árabes.

«Las ciudades y pueblos árabes de Israel sufren del fenómeno de los altavoces, no sólo los de las mezquitas, sino también los altavoces que incesantemente difunden anuncios comerciales sonoros estridentes, desde aquellos utilizados por los vendedores de alimentos hasta los vendedores de zapatos. La verdad es que no sabemos de cuál tradición cultural dependen estos molestosos, que cubren su entorno con un ensordecedor estruendo noche y día. En hacerlo perjudican a enfermos y ancianos, así como a chicos y otras personas que tienen Una necesidad de paz y tranquilidad en sus hogares y vecindarios.

«Dentro del contexto del conflicto israelí-palestino, es muy fácil calificar como racistas todas las acciones del rival israelí, representado por este odiado gobierno, pero el tema del ruido en los espacios públicos y la prevención de la contaminación acústica no tiene nada que ver con la lucha por esta tierra. Los altavoces de la mezquita y el ruido que hacen es un tema con el que combaten todas las sociedades árabes, incluyendo las de los países árabes lejos de Israel y Palestina y el conflicto allí.

«Como prueba de mis afirmaciones, permítanme presentar varias declaraciones sobre este tema de los países árabes, cuyos residentes son sin duda leales al Islam y su herencia. De hecho, este problema ha sido abordado por muchos estudiosos religiosos. El predicador musulmán Muhammad Metwali Al-Sha’rawi declaró: «Si fuera por mí, le prohibiría a las mezquitas utilizar altavoces para anunciar los rezos del alba». La razón de esto es obvia: estas horas de la madrugada son las horas más tranquilas, cuando las personas están profundamente dormidas y aún no se han despertado para ir a trabajar y ganarse la vida…

«La gente en el mundo árabe sufre mucho de este preocupante fenómeno y busca una solución a ello y los clérigos musulmanes también están trabajando para resolverlo, por eso existen debates sobre ello y fatuas emitidos al respecto. [El portal] Islamweb.net ha publicado fatuas del Comité Permanente [de Investigación Académica y Emisión de Fatuas] afirmando que ‘está prohibido el uso de radios y dispositivos similares para transmitir los [versos] del Corán a gran volumen en la mezquita el viernes antes de la llegada del imam’ y también está prohibido ‘utilizar altavoces que molesten a la gente, especialmente a los enfermos y a sus familias». [Los fatuas afirman además que] los altavoces y micrófonos deben ser usados sólo dentro de la mezquita para no molestar a la gente afuera. [Además], si la voz del imam es lo suficientemente fuerte como para que los fieles la escuchen, no hay razón para utilizar altavoces [en lo absoluto]’…

«Vemos entonces, que este asunto es un tema de controversia en el [propio] mundo árabe y musulmán, debido a los problemas que crea, que han comenzado a perjudicar la calidad de vida de la gente en esta era moderna. Así que cuando los miembros árabes del Knesset de la Lista Común se ocupan de este tema, deberían evitar entonar consignas populistas en favor a los altavoces y considerar el tema por separado de las sensibilidades en la lucha por esta patria. La llamada a mantener [silencio en los lugares públicos] es del interés de todos los residentes, independientemente de las afiliaciones políticas y las controversias políticas. No es casualidad que, al oponerse al proyecto de ley, los miembros populistas del Knesset árabe obtuvieron el apoyo de los partidos judíos ortodoxos ultra-religiosos, puesto que ellos también están preocupados por las limitaciones que serán puestas [sobre el derecho de los judíos a realizar] rituales judíos que molesten [al publico]. Sin embargo, tal como dije anteriormente, ya que la situación nacional en nuestra región no es normal, todos estamos inclinados hacia el populismo, incluso en temas en los que debería existir un consenso para el bien del público. Sin embargo, insistimos en que la postura óptima en estos asuntos debería tratar de poner fin a todas las perturbaciones, independientemente de su fuente y afiliación de las personas responsables por estos, ya sean judíos, musulmanes, cristianos o miembros de cualquier otro grupo…»

[1] Al-Hayat (Londres), 19 de noviembre, 2016.