Por: Y. Graff*

Introducción

Arabia Saudita y los Estados del Golfo, miembros de la coalición antiterrorista encabezada por los Estados Unidos, son objetivos del Estado Islámico (EIIS), el cual ha llevado a cabo ataques terroristas a gran escala en su suelo. En consecuencia, estos están librando una guerra contra la organización dentro de sus fronteras arrestando a sus activistas y sus instituciones religiosas están combatiendo su ideología religiosa. Arabia Saudita Ha establecido incluso una coalición antiterrorista musulmana y ha declarado su disposición de enviar fuerzas terrestres a Siria para combatir al EIIS.[1] La campaña de los estados del Golfo contra el EIIS, la cual posee dimensiones nacionales, religiosas y sectarias, también es expresada en muchos artículos en los medios de comunicación del Golfo que llaman a la realización de un auto-examen y combatir las ideas del EIIS.[2]

Mientras emprendía una campaña inflexible contra el EIIS en su propio territorio, los estados del Golfo son altamente críticos al manejo de la guerra liderada por Estados Unidos contra esta organización en Siria e Irak. Esta crítica es claramente expresada en numerosos artículos de la prensa del Golfo que se enfocan en el trato sufrido por la población sunita en estos países – una población que es víctima principal de la crisis, según los artículos. Los autores afirman que es el tratamiento de la población sunita que dio origen primero al EIIS y que es también un factor clave para vencer a esta organización. Los principales argumentos que estos presentan son los siguientes: ISIS surgió porque la población sunita en Irak y Siria estuvo oprimida por los regímenes chiitas pro iraníes en estos países, con la bendición de Estados Unidos y Occidente; La guerra contra el terrorismo agrega insulto a la lesión al centrarse en el terrorismo sunita del EIIS mientras ignora el terrorismo chiita empleado por Irán; Irán y las milicias chiitas que encabezan la guerra contra el EIIS tratan a toda la población sunita como su enemigo, motivando de esta manera a los sunitas a abstenerse de combatir contra el EIIS para evitar ayudar a sus opresores; El problema del terrorismo no puede resolverse llevando a cabo una campaña armada contra el EIIS sin corregir la injusticia hecha a los sunitas de Irak y Siria en la última década; incluso si tal campaña es inicialmente exitosa, la victoria será temporal y será seguida por la aparición de una organización aún más violenta que el EIIS, así como el propio EIIS surgió de las entrañas de Al-Qaeda.

El resultado de todos estos argumentos es que la guerra contra el EIIS es parte de un conflicto sectario más amplio entre sunitas y chiitas y que Occidente favorece al segundo. Esta opinión refleja aparentemente la aprehensión de las élites del Golfo respecto a una expansión iraní-chiita en la región, y sus intentos de identificar fuerzas en Irak y Siria, tales como las tribus sunitas, con las que estos dicen pueden formar lazos de confianza y cooperación. El jefe del Comité de Relaciones Públicas Norteamericanas Saudita (CRPNS),[3] Salman Al-Ansari, expresó este punto de vista antes de la reunión de los ministros de defensa de la coalición antiterrorista, celebrada en Washington el 20 de julio, 2016. Dijo que la verdadera motivación detrás del terrorismo en Irak es el sectarismo promovido por la extremista Irán por medio de sus milicias y la ayuda que Irán extiende a sus leales sectarios. Este agregó que el silencio sobre la ayuda iraní a las milicias chiitas fortalece al EIIS y hace que más y más personas se identifiquen con este y se unan a el, lo que complica la situación.[4]

Las afirmaciones sobre la centralidad del factor sectario no carecen de fundamento. Estas son apoyadas por informes de que las extensas ganancias territoriales del EIIS en junio, 2014 se lograron gracias a sus alianzas con fuerzas sunitas que cooperaron con esta en contra del régimen de Nouri Al-Maliki, así como también informes de que las tribus sunitas se negaron a unirse a la campaña contra el EIIS, hasta que se les diera garantías respecto al día después de la derrota del EIIS, por ejemplo, que el EIIS no será reemplazado por una fuerza no sunita y los numerosos informes sobre las acciones de las milicias chiitas en contra de los sunitas.

Sin embargo, algunos informes en los medios del Golfo pintan un cuadro mucho más complicado, es decir, que el bando sunita no es homogéneo e incluye fuerzas sunitas que desean unirse a los regímenes iraquí y sirio, e incluso a Irán y a las milicias chiitas, en la lucha contra el EIIS.

Este informe da un repaso a las reservas expresadas por los escritores en la prensa del Golfo al manejo de la guerra contra el EIIS en Irak y Siria.

Es la opresión de los sunitas que engendró el EIIS y los Estados Unidos e Irán son responsables de esto

Junto a las críticas de las sociedades sunitas y los llamados a llevar a cabo un auto-examen cultural e ideológico a fin de identificar y eliminar las raíces de la ideología del EIIS, muchos escritores en la prensa del Golfo culparon la aparición de esta organización a la política exterior estadounidense comenzando en la época de George W. Bush. Ellos afirmaron que el problema comenzó con el derrocamiento del régimen de Saddam Hussein, seguido por el desmantelamiento del ejército iraquí lo cual provocó el caos en el país. Sin embargo, la mayoría de las críticas fueron dirigidas al Presidente estadounidense Barack Obama por retirar a las fuerzas estadounidenses de Irak y dejarla herida y sangrante. Los escritores afirmaron que Obama le permitió a Irán tomar el control de Irak, oprimir a los sunitas, excluirlos y negarse a reconstruir sus áreas y esto por medio de gobiernos iraquíes que adoptaron una agenda pro iraní. En Siria también, dijeron, la administración Obama permite que el régimen de Assad y las fuerzas iraníes que lo apoyan promuevan una agenda pro-chiita y anti sunita que perjudica a la mayoría sunita..

Irán, Estados Unidos interpretan la caja musical del derramamiento de sangre en Irak (Al-Arab, Londres, 4 de agosto, 2016)

En un artículo el 23 de junio, 2016 en el diario londinense qatarí Al-Quds Al-Arabi, el periodista iraquí Yahya Al-Qubaisi escribió que «el fenómeno del EIIS es un resultado directo de las fallas en el sistema político que surgió en Irak después del 2003. [Este sistema] se basó en una lógica de ganadores y perdedores, con los sunitas en el papel de perdedores los cuales tienen que ser sancionados como los representantes del derrocado régimen de [Saddam]».[5] En un artículo publicado el 16 de junio en el diario londinense saudita Al-Sharq Al-Awsat, la periodista Huda Al-Husseini criticó también al ex primer ministro de Irak Nouri Al-Maliki, en cuya época la parte occidental de Irak y la ciudad de Mosul cayó en manos del EIIS, por perseguir a los sunitas, así como también a Irán por sus esfuerzos en fortalecer su influencia en Irak. Ella escribió: «Los problemas en Irak son similares a los de Siria… Los leales al EIIS existen tan lejos como en Orlando, [pero] la verdad es que [su objetivo] no es sólo asesinar a los extranjeros. Para muchos de ellos, la motivación básica es [el deseo] de defender a los sunitas». Ella añadió que Obama heredó una situación complicada en el Medio Oriente, pero está dejando tras de él un Medio Oriente en un estado de colapso, porque no actuó para detener la persecución de los sunitas.[6] Iyad Abu Shaqra, también columnista en Al-Sharq Al-Awsat, escribió en un artículo publicado el 3 de julio, de que es solo natural para la opresión de los sunitas en Irak y Siria el desencadenar una contra-respuesta en la forma de «un ambiente simpático a la desesperada y suicida violencia sunita que rápidamente se unió en la organización del EIIS».[7]

La guerra contra el terrorismo se centra exclusivamente en el terrorismo sunita e ignora el terrorismo chiita

Escritores en la prensa del Golfo estaban enfurecidos ante la guerra global contra el terrorismo centrado exclusivamente en el terrorismo sunita y por el hecho de que estaba ignoraba el terrorismo chiita que Irán está empleando por medio de una variedad de milicias chiitas. Estas milicias incluyen al Hezbolá libanés que opera en Siria junto al régimen de Assad, así como también las milicias Badr y Asa’ib Ahl Al-Haqq que combate contra el EIIS en Irak, y se informa que están cometiendo crímenes de guerra contra civiles sunitas.[8] De acuerdo con los escritores, la mayoría de las víctimas del terrorismo chiita son sunitas y la indiferencia de Occidente a este terrorismo sólo aumenta el dolor sunita y las hostilidades sunitas hacia Occidente.

Mientras que el EIIS es el objetivo, son los «sunitas» quienes están siendo asesinados (Al-Arab, Londres, 7 de junio, 2016)

Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/gulf-writers-oppression-sunnis-created-isis-restoring-it-its-rightful-status-will-enable

  1. Graff es compañero investigador en MEMRI.

[1] Al-Jazira (Arabia Saudita), 5 de febrero, 2016.

[2] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 1261, «Tras ataques del EIIS, periodistas árabes piden reconocer la existencia del extremismo musulmán; y se reexaminen los textos religiosos», 25 de julio, 2016.

[3] Una organización sede en Washington, cuyo objetivo es el fortalecimiento de lazos políticos y económicos entre Arabia Saudita y los Estados Unidos. Para más información sobre esta, véase saprac.org.

[4] Makkah (Arabia Saudita), 21 de julio, 2016.

[5] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 23 de junio, 2016.

[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de junio, 2016.

[7] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 3 de julio, 2016.

[8] Las milicias chiitas en Irak y Siria operan con la aprobación y en coordinación con los gobiernos locales. En Irak, las milicias forman parte de la autoridad paraguas de Al-Hashd Al-Sha’bi, la cual fue establecida en el año 2014 luego de la caída de Mosul con el estímulo del líder religioso chiita en Irak el Ayatolá Al-Sistani.