El 2 de junio, 2016 Muhammad Al-Sa’id, columnista del diario oficial saudita ‘Okaz, publicó un artículo titulado «El Ayatolá Obama – Una Historia de Amor Estilo Teherán», en el que atacó al Presidente Obama por apoyar a la revolucionaria Irán y por tratar de enfocar la política exterior estadounidense sobre el lejano Oriente, abandonando así al Medio Oriente. Según él, este punto de vista de Obama está desconectado de la realidad y es contrario a la política tradicional estadounidense, que considera a Irán como un país que viola el derecho internacional y apoya el terrorismo global. Al-Sa’id argumenta que Irán está aprovechando del apoyo de Obama para realizar sus propios intereses y aprovecharse de los círculos de la administración estadounidense para operar a su servicio y en contra de sus enemigos.

Lo siguiente son extractos del artículo:[1]

Muhammad Al-Said (Imagen: alassr.com)

«Los lazos entre Teherán y Obama son contrarios a la historia de las relaciones entre los Estados Unidos e Irán, que experimentó periodos de gran dificultad y sospechas durante más de cuatro décadas. Por otra parte, los Estados Unidos siempre consideraron a Irán como un país deshonesto que viola el derecho internacional y patrocina el terrorismo – [terrorismo] que ha sido dirigido hacia los Estados Unidos en muchos lugares alrededor del mundo. Estos lazos inexplicables [con Irán] que van contra [las antiguas políticas estadounidenses] resumen la personalidad de Obama, formada por su educación jurídica y académica y por la resistencia de la minoría racial [negra] a la raza [blanca] que lo rodea…

«La gente en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, quienes son [leales] a la Revolución Islámica, obviamente entendieron esta ecuación y se aprovechan de esta pintándose a sí mismos como víctimas y el haber adoptado valores de democracia y derechos [humanos]. Sin embargo, al igual que todos los revolucionarios, [eventualmente] fracasaran y llevaran a cabo las mismas masacres contra los que han colaborado con ellos y les ayudaron a realizar su sueño de ser aceptado de nuevo al pliego global por medio del acuerdo en materia [nuclear]… Todos los liberales del mundo, como Obama… apoyan la ideología liberal, sin embargo, se hacen la vista gorda a los hipócritas que lo utilizan como un medio para tomar el poder…

«Obama cree en los países revolucionarios y siente que están más cerca de su corazón y su conciencia que las naciones veteranas estables. Este cree que Irán es un modelo para una revolución exitosa que puede ser mejorada, trabajada y transformada en una revolución democrática, tal como lo ve en sus sueños insensibles. Esta es una visión romántica que Obama sostiene desde lo alto de su trono blanco en su casa negra. Una visión similar a un cuento oriental lleno de un aroma de incienso, el sabor a pistachos y un bazar de alfombras celeste. Este cree que puede realizar [este sueño] sobre la base de un documento del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense, incluso si se cobra las vidas de decenas de millones de personas inocentes. Al mismo tiempo, los sueños de Obama de implementar sus puntos de vista políticos… están basados en el abandono del viejo mundo – desde Casablanca al oeste hasta Manama en el este – y reemplazándolo con los países de la [cuenca del Pacífico] – desde Corea en el norte hasta Nueva Zelanda en el Sur.

«La relación de conflicto y lucha entre Teherán y Afganistán y los árabes es antigua… pero [existe] otro vínculo aún más peligroso que nació en esos mismos desiertos estériles entre dos elementos con ideologías opuestas – es decir, la [organización] sunita árabe Al-Qaeda y la chiita Irán – siendo esta la llave actual de satisfacción del Tío Sam. Gracias al vínculo entre Irán y Al-Qaeda, Irán ha logrado controlar totalmente a la filial de este grupo de barbaros en Afganistán desde el 2003 hasta hoy acogiendo a sus militantes y a sus familias en casas de seguridad y desviando su amenaza hacia Arabia Saudita. Deberíamos mencionar que las acciones violentas [de Al Qaeda] contra Arabia Saudita comenzaron después del 2004.

«El político iraní no utilizo como substituto [la ayuda de Al-Qaeda], sino que también trataron de apaciguar a Occidente proporcionando información de inteligencia sobre Al-Qaeda y las organizaciones terroristas vinculadas a esta, e incluso sacrificaron las vidas de los comandantes [en el grupo] que ya no le eran importantes [a Irán], convirtiéndolos en una recompensa para la administración estadounidense – [una recompensa] que esta administración utiliza ocasionalmente [para mostrar que está combatiendo contra el terrorismo]. Y por qué no? [Después de todo,] Al-Qaeda dirige sus actividades desde sus oficinas en los barrios orientales de Teherán.

«Naturalmente, Arabia Saudita estaba en la mira de Irán, que vio la personalidad del ‘mullah Obama’ como un refugio seguro para realizar sus intereses. La madurez del lobby iraní [en los Estados Unidos] y su infiltración en los medios de comunicación norteamericanos y en especial dentro del Departamento de Estado, habilitó a Irán a hacerlo.

«En Washington, la capital, Irán se aprovechó de la rica e influyente diáspora iraní, que cuenta con decenas de miles de personas, especialmente de miembros de la segunda y tercera generación y logró convencerlos para servir a la nación iraní y dejar de lado sus diferencias políticas con este. Esta crió una generación que se liberó del complejo de sus antepasados, que fueron cazados a diario por los lobos de los Basij. La diáspora [iraní] dedicó sus esfuerzos a la patria iraní y a realizar sus grandes intereses. Este es un mensaje que los jóvenes iraníes entendieron, mientras que los jóvenes árabes no pudieron. [De esta manera], los círculos de la [administración] estadounidense se convirtieron en los grandes motores que sirven la política iraní y que se esfuerzan por destruir a sus enemigos».

[1] ‘Okaz (Arabia Saudita) 2 de junio, 2016.