El 1 de mayo, 2016 fuentes de seguridad egipcias llevaron a cabo una incursión en la Unión de Periodistas en El Cairo con el objetivo de detener a dos periodistas de la página en Internet «Portal Enero», Amr Badr y Mahmoud Al-Sakka. La prensa egipcia en su conjunto recibió el ataque con indignación, e incluso el diario del estado Al-Ahram publicó un furioso editorial que hizo eco en las llamadas del Comité Ejecutivo de la Unión de Periodistas para que el ministro del interior fuese despedido. La Unión de Periodistas Egipcios convocó una reunión de emergencia de su Asamblea General el 4 de mayo, que aprobó demandas a una disculpa del Presidente egipcio Abd Al-Fattah Al-Sisi y la destitución del Ministro del Interior Magdy ‘Abd Al-Ghaffar, entre otras resoluciones.[1]

Esta muestra de unidad no duró por mucho tiempo. Una facción de periodistas a favor del régimen liderada por Al-Ahram sintió que las acciones de protesta estaban tomando el carácter de la oposición política, y pusieron en marcha una contra-iniciativa para arrebatarle el control de su liderazgo actual a la Unión de Periodistas. Tal como es habitual en Egipto, lo que comenzó como un tema localizado – en este caso, la dignidad y la libertad de prensa – agitaron rápidamente los temas perennes del movimiento 30 de junio, 2013 y el espectro de la Hermandad Musulmana y el cambio de régimen.

Lo siguiente es una breve actualización de los últimos acontecimientos sobre la crisis entre el Sindicato de Periodistas y el Ministerio del Interior: 

El editor en jefe de Al-Ahram ‘Abd Al-Hadi ‘Allam, toma el micrófono en la reunión inaugural de la facción de periodistas del «Frente de Corrección de Curso» (Imagen: Al-Ahram 9 de mayo, 2016)

La exigencia de una disculpa del Presidente Sisi 

Dado que la mayoría de las exigencias establecidas por la Asamblea General de la Unión de Periodistas el 4 de mayo fueron puestas a flote en los días anteriores y aprobadas por periodistas de todo tipo, lo que podría parecer sorprendente que una división en las filas se desarrollara tan rápidamente. La razón principal pareciera ser la exigencia de la Asamblea General en pedirle una disculpa al Presidente Sisi. La exigencia a la renuncia del ministro del interior, no es necesariamente señal de una confrontación con el régimen per se, mientras que imputarle la responsabilidad al Presidente Sisi le parecía a muchos el haber cruzado esa línea – y puede haber tocado sobre preocupaciones preexistentes a las inclinaciones políticas del Comité Ejecutivo de la Unión de Periodistas.

Por ejemplo, el columnista de Al-Ahram Ahmad Abd Al-Tawwab, quien en la mañana de la reunión de la Asamblea General se había entrenado en arrojar su fuego contra el Ministerio del Interior,[2] expresó su indignación luego de la reunión a través de una solicitud de disculpa. Este afirmó que ni siquiera se discutió en la Asamblea y pidió sanciones contra quien quiera que fuese en el Comité Ejecutivo que lo insertó en el documento final. ‘Abd Al-Tawwab argumentó además que la demanda por una disculpa presidencial había perjudicado en gran medida la causa de los periodistas y a la unión.[3]

La política editorial de Al-Ahram dio un giro brusco después de la reunión de la Asamblea General. En contraste con el editorial del diario el 3 de mayo, que básicamente había endosado las demandas del Comité Ejecutivo, sus informes sobre la Asamblea General fueron negativos, afirmando en un titular que la reunión fue un total «fracaso».[4] Un artículo posterior reprodujo las acusaciones de parlamentarios no identificados en contra de la Unión de Periodistas, incluyendo la acusación de que arrastrar el nombre del Presidente Sisi al tema era inaceptable.[5]

Por otro lado, columnistas en otros importantes diarios han sido altamente críticos con Sisi y lo han responsabilizado por el allanamiento a las oficinas del sindicato. Por ejemplo, el redactor ‘Ammar Ali Hasan escribió en el diario Al-Masry Al-Yawm que Sisi fue responsable y que el allanamiento a las oficinas de la Unión de Periodistas fue una mala señal para el régimen:

«En ambos casos, ya sea o que el presidente no sabía [del ataque] o de si lo sabía, él es responsable. En el primer caso, es responsable por dejar que las cosas se salieran fuera de control en el que un ministro en el gobierno [es decir, el ministro del Interior] emprendió una acción que provocó una grave crisis en el gobierno que realmente pudo haber prescindido y que pudo haber dado lugar a la perdida de muchos de sus partidarios calificados entre periodistas y autores, en un sangrado continuo a su popularidad y legitimidad. En el segundo caso, el presidente dio una orden precipitada, o decidió erróneamente [atacar las oficinas del sindicato] y no evaluó correctamente la sensibilidad de esta acción… [o no evaluó correctamente] que sus consecuencias serían graves, ya que fija una imagen represiva y hostil del gobierno en el extranjero hacia la libertad de expresión…»[6]

Redactor en jefe de Al-Ahram: La Unión de Periodistas se inclinó por «una pequeña minoría que busca una plataforma en el corazón del Cairo para fomentar discordia en la tierra natal»

Inmediatamente después de la reunión de la Asamblea General el 4 de mayo, periodistas a favor del régimen comenzaron a acusar al Comité Ejecutivo de politizar a la Unión de Periodistas para sus propios fines. El editor en jefe de Al-Ahram, Muhammad ‘Abd Al-Hadi’ Allam, escribió: «El Comité Ejecutivo de la Unión de [Periodistas] convocó a una reunión urgente que fue [entonces] utilizada con fines políticos, sobre un tema que no merece ser llevado a tales extremos. Las fuerzas políticas e individuos que no son miembros del sindicato – gente que se ha acostumbrado a estar de pie en las escaleras de la Unión de [Periodistas] – se han involucrado en actividades sindicales. Los encontramos en el sala de recepción y dependencias del edificio de la unión, conduciendo eventos e inventando crisis y conflictos con el estado y representando a la unión en un tono político que no expresa [fielmente] la tarea del Comité Ejecutivo o las opiniones de la mayoría de los miembros [del sindicato]…»

 

La mención de ‘Allam a aquellos que se han acostumbrado a estar de pie en las escaleras de la Unión de periodistas es una alusión al hecho de que el edificio fue el punto álgido de las protestas en abril, 2016 contra un acuerdo bilateral en el que Egipto reconoció la soberanía de Arabia Saudita sobre las dos islas de Tirán y Sanafir que muchos egipcios ven como territorio egipcio. Aunque no son especialmente grandes, estas fueron las primeras manifestaciones importantes desde el 2013 en el cual se corearon abiertamente consignas en contra del régimen revolucionario. Estas también fueron la causa indirecta de la crisis actual: Los dos periodistas detenidos en el edificio de la Unión de Periodistas, ‘Amr Badr y Mahmoud Al-Sakka, eran buscados por su papel en promover las protestas. ‘Allam continuó: «[Nuestros] colegas, los miembros de la Unión de Periodistas Egipcios, tienen la responsabilidad de proteger la profesión contra el ser difamados por las acciones de una pequeña minoría que busca una plataforma en el corazón del Cairo para fomentar la discordia dentro de la patria».[7]

 

Para ver el resto del despacho en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/9187.htm

 

 

 

[1] Véase MEMRI Despacho Especial No. 6415, Diario del estado egipcio ‘Al Ahram’ tras la redada de las fuerzas de seguridad a las oficinas de la Unión de Periodistas: ‘Cuando el pueblo se alza a fin de liberarse, nada lo puede detener’ 6 de mayo, 2016.

[2] Al-Ahram (Egipto) 4 de mayo, 2016.

[3] Al-Ahram (Egipto) 9 de mayo, 2016.

[4] Al-Ahram (Egipto) 5 de mayo, 2016.

[5] Al-Ahram (Egipto) 9 de mayo, 2016.

[6] Al-Masry Al-Yawm (Egipto) 5 de mayo, 2016.

[7] Al-Ahram (Egipto) 5 de mayo, 2016.