El 25 de septiembre, 2016, el diario saudí en inglés Gaceta Saudita publicó un editorial bastante inusual, instando a la Autoridad Palestina (AP) a no descartar de plano la invitación hecha por el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu al Presidente palestino Mahmoud ‘Abbas, a que se dirija al parlamento israelí y no lo tome como una simple «treta nueva». El editorial señaló que esta invitación recordaba la extendida por el primer ministro israelí Menachem Begin al presidente egipcio Anwar Sadat para que visitara Israel. Esta acción eventualmente condujo a la firma de los acuerdos de Camp David, que «a todos sus defectos… demostró que las negociaciones con Israel eran posibles». El editorial también mencionó la visita del presidente estadounidense Bill Clinton a la AP en 1998, lo que dio lugar a la enmienda de la carta magna de la OLP y finalmente, a la celebración de la cumbre de Camp David entre Israel y los palestinos en el 2000. Estos dos ejemplos dijo el editorial, mostraron que las visitas diplomáticas en ese nivel podían cambiar el curso de la historia.

‘Abbas y Netanyahu (Imagen: Zamnpress.net)

Cabe mencionar que, en los últimos dos meses, ha habido indicios de un cambio en la postura saudita respecto a Israel y de un intento saudita y árabe de preparar a la opinión pública para la normalización de relaciones con esta. Entre estas indicaciones se encontraban una visita de julio, 2016 a Israel por una delegación saudita encabezada por el Mayor General. (Ret.) Anwar Eshki, el presidente del Centro de Estudios Estratégicos y Legales del Medio Oriente en Jeddah y la publicación de fotos de la delegación con los políticos israelíes. Aunque el régimen saudí negó tener que ver con la visita de Eshki y el propio Eshki afirmó que sólo se representaba a sí mismo y que «elementos oficiales saudíes no sabían de antemano sobre la reunión, ya que era de carácter personal» y fue el resultado de una invitación por la AP, este no obstante, aclaró que «el reino no le impide a nadie celebrar tales visitas» y no descartó cooperar indirectamente junto a los servicios de inteligencia entre Israel y Arabia Saudita como parte de la lucha contra el terrorismo.[1] Un mes más tarde Eshki dijo que no dudaría en visitar Israel de nuevo.[2]

Otro indicio del cambio en la postura saudita hacia Israel es una serie de artículos altamente inusuales publicados en la prensa saudí durante este mes de julio, que fueron altamente críticos del discurso antisemita en la sociedad árabe y musulmán y llamó a evitar generalizar respecto a los judíos. Sobre estos artículos, véase MEMRI Despacho Especial No. 6574, Artículos en la prensa saudita: Pongan fin al discurso antisemita, Aprendan del éxito de los judíos’, 14 de agosto, 2016.

Adicionalmente, ha habido informes recientes de que Arabia Saudita está actuando junto a Egipto, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, de promover un proceso de reconciliación interna dentro de Fatah y entre Fatah y Hamas, como parte de una iniciativa más amplia con el fin de poner en marcha un proceso político amplio y comprensivo en la región culminando en un arreglo político con Israel. Sobre esta iniciativa, véase MEMRI Investigación y Análisis No. 1270, Tensión entre Mahmoud ‘Abbas y el Cuarteto Árabe a iniciativa a una reconciliación interna en Fatah. 27 de septiembre, 2016.

Lo siguiente es el editorial publicado por Gaceta Saudí, en su original en inglés.[3]

«Los palestinos no deberían ir demasiado rápido en descartar la invitación hecha por el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, al Presidente palestino Mahmoud ‘Abbas para que aborde el parlamento israelí [y su declaración de que], [este] a cambio ‘con mucho gusto venga a hablar de paz con el parlamento palestino en Ramala. El gesto de Netanyahu fue rápidamente rechazado por los palestinos como una «nueva treta», pero la invitación es un recordatorio de la emitida por el ex Primer Ministro israelí Menachem Begin al ex Presidente egipcio Anwar Sadat para que visite a Israel – y el resto es historia. El 19 de noviembre, 1977 Sadat se convirtió en el primer líder árabe en visitar Israel cuando se reunió con Begin y habló ante el Knesset en Jerusalén acerca de sus puntos de vista sobre la forma de lograr una paz global para [resolver] el conflicto árabe-israelí, que incluyó la total aplicación de las resoluciones 242 y 338 de la ONU.

«La visita condujo a los acuerdos de Camp David de 1978, la serie de reuniones entre Egipto e Israel facilitadas por el entonces Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, luego la firma de un tratado de paz entre Israel y Egipto en los Estados Unidos el año siguiente. En buena medida, tanto Sadat y Begin fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz por crear el tratado. A pesar de todas sus deficiencias, Camp David demostró que las negociaciones con Israel eran posibles y se podía progresar a través de esfuerzos sostenidos en las áreas de comunicación y cooperación.

«A pesar de la desilusionadora conclusión de los acuerdos Oslo de 1993, fue un desarrollo significativo que tenía pocas posibilidades de que ocurriera sin el precedente establecido por Camp David. Otra invitación sin precedentes que involucra a los palestinos e Israel necesita ser mencionada, la de Bill Clinton, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en visitar los territorios palestinos, en donde se dirigió el Consejo Nacional de Palestina. En día, en 1998, los líderes palestinos aprobaron una medida que afirma el derecho de Israel a existir. Levantándose de sus asientos y votando levantando las manos, el CNP votó casi unánimemente para que se eliminen las cláusulas de la carta magna de la Organización para la Liberación de Palestina, que llama a la destrucción de Israel. La aceptación por parte de los palestinos de que Israel tiene derecho a vivir dentro de fronteras seguras condujo a la cumbre de Camp David II de año 2000, que, si bien terminó sin ningún acuerdo, no pudo haber sido celebrada primeramente si no hubiera sido por la visita de Clinton.

«A pesar de estos dos ejemplos de cómo las visitas oficiales pueden [cambiar] el arco de la historia, los palestinos rechazaron de forma automática la invitación que le hizo Netanyahu a ‘Abbas, diseñada para enmascarar lo que estos describieron como intransigencia por parte de Israel en seguir adelante con el proceso de paz del Medio Oriente. Es posible que el objetivo de la invitación fuese un intento por Netanyahu de aislar los intentos de la ONU de reiniciar e imponer un proceso de paz entre Israel y los palestinos. Al reiterar su persistente llamado a negociar directamente con los palestinos, Netanyahu ha rechazado cualquier plan posible de la ONU para imponer unilateralmente una solución al conflicto, reiterando las quejas de larga data por parte de Israel de que la ONU está parcializada contra Israel. Su mayor preocupación es que el Presidente Obama pudiera permitir que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe un estado palestino al final de año sin el tradicional veto de Estados Unidos a tal medida.

«Los palestinos han rechazado en el pasado los ofrecimientos de Netanyahu a este tipo de invitaciones, diciendo que su postura de línea dura en todos los temas fundamentales hicieron del diálogo algo imposible. De hecho, Netanyahu rechaza una congelación de los asentamientos, no arrancara de raíz los asentamientos, rechaza las fronteras de 1967 como base para las conversaciones y rechaza cualquier división de Jerusalén.

«Pero los palestinos deberían señalar que para ese momento, Egipto e Israel eran enemigos mortales, luego de haberse enfrentado en tres guerras. Camp David pidió un período transitorio de cinco años a una retirada israelí de Cisjordania y Gaza. El período de transición incluiría la introducción del autogobierno palestino y el fin de los asentamientos israelíes en Cisjordania. La mayor parte del mundo árabe se mofó de este como un acuerdo débil. Pero en retrospectiva, si las disposiciones se hubiesen llevado a cabo, Israel y los palestinos podrían no estar en este callejón sin salida en el que están en este momento».

[1] Al-Shurouq (Egipto), 26 de julio, 2016.

[2] Huffpostarabi.com 18 de agosto, 2016.

[3] Saudigazette.com.sa, 25 de septiembre, 2016. El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad.