En un artículo titulado «Nos Amenaza Hezbolá a Nosotros o a Israel» en el diario saudita en inglés Arab News, la columnista libanesa Diana Moukalled comentó sobre la reciente escalada en las amenazas del Secretario General de Hezbolá Hassan Nasrallah contra Israel, incluyendo su amenaza de atacar el reactor nuclear de Israel en Dimona.[1] Ella evaluó que esta escalada en la retórica de Nasrallah es un intento por compensar las pérdidas militares de Hezbolá en Siria y de reunir apoyo popular ante el descenso en la posición global de Hezbolá y de Irán. También señaló que su amenaza de atacar el reactor es irresponsable porque miles de civiles palestinos e israelíes habitan cerca de este. Señalando que Irán a menudo utiliza el Líbano como arena para sus «aventuras», ella advirtió que el actual clima político pudiera hacer que Irán y Hezbolá renueven su agresión contra Israel, lo que sería catastrófico para el Líbano, incluso aún más que en confrontaciones anteriores.

Lo siguiente son extractos de su artículo:[2]

Diana Moukalled (imagen: twitter.com/dianamoukalled)

«Israel ha reaccionado a las recientes declaraciones del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah con una mezcla de burla y cinismo, ya que este dijo que Hezbolá estaba listo para bombardear el reactor nuclear de Dimona o los tanques de amoníaco. Los portales israelíes informaron sobre discusiones militares que indican que Israel cree que Hezbolá se enfrenta a un dilema en la necesidad de ayuda y fondos debido a los combates que se suceden en Siria.

En el pasado, Israel se ocupó mucho más seriamente y con mucho cuidado de las amenazas y movimientos de Hezbolá, pero esto aparentemente ha cambiado. No estoy en modo alguno elogiando a Israel, un estado racista ocupante o minimizando su peligro como agresor. Más bien, este es un intento por comprender el torbellino de retórica recientemente lanzado por Nasrallah, que afecta a libaneses, palestinos y a otros que viven a escasos kilómetros del reactor Dimona.

Todos, principalmente Hezbolá, saben que los resultados de cualquier guerra o acción militar contra Israel serán catastróficos. Nasrallah puede haber aprendido esta lección, ya que el frente sur con Israel ha estado en calma desde el final de la última guerra hace 11 años.

Como tal, la creciente retórica de tener como blanco los reactores nucleares, cercano a los cuales viven miles de civiles palestinos e israelíes donde se vería perjudicado por sustanciales consecuencias radiactivas, es al menos irresponsable y nada más que un intento populista de movilización.

Pero estas consignas vacías parecen más necesarias hoy que nunca, ya que las palabras de Nasrallah parecen ser un intento de reconstruir una postura de combate contra Israel y compensar las pérdidas de Hezbolá en Siria. Este enfoque parece lógico dado que la rápida evolución política y el consenso internacional alrededor de Siria conducirán a la salida de Hezbolá del país. Esta acción daría lugar a una respuesta iraní donde quiera que pueda hacerlo.

En una caracterización realista de las políticas actuales, ahora no es el momento de tomar decisiones, sino el realizar una demostración de fuerza y ensamblar las cartas a ser presentadas en espera de un entendimiento más claro de la política regional estadounidense. La continua escalada contra Irán y su influencia en Siria puede llevar a Teherán y a Hezbolá a revertir una política de confrontación, incluyendo embestir contra Israel. ¿No existe nada mejor que el Líbano como puerta de entrada a las nuevas aventuras de los iraníes?

Pero la situación no es como lo fue durante la guerra del 2006, ya que Israel dice que su respuesta será masiva contra Hezbolá y el Líbano si Hezbolá toma medidas militares contra este». Esta amenaza incluye la preparación de Israel en tener como blanco a todo el territorio libanés. Los comentarios del Presidente Michel Aoun de que las armas de Hezbolá complementan el papel del ejército sirven como pretexto para que Israel tenga también en la mira al ejército.

Las condiciones apropiadas para tener en la mira a Hezbolá vendrán pronto, pero Israel no tiene nada de prisa en decidir tomar acciones militares ya que monitorea el agotamiento financiero, moral y militar de Hezbolá en Siria, en medio de las hostilidades de los árabes hacia Hezbolá, en comparación con el apoyo dado en el 2006, Cualquier amenaza planteada por Hezbolá afectará a los libaneses antes que a nadie y más severamente que en guerras y crisis anteriores.

 

[1] En una alocución el 16 de febrero, 2017 transmitida en Al-Mayadeen TV, Nasrallah llamó en Israel «no sólo a mudar las instalaciones de amoníaco fuera de Haifa, sino a desmantelar la planta nuclear en Dimona», diciendo: «Ellos saben en lo que se convertirán junto a su entidad [sionista] si los misiles atacan esa planta en particular». Véase MEMRI TV Clip No. 5896, «Secretario General de Hezbolá Nasrallah amenaza atacar con misiles las instalaciones de amoníaco israelíes y la planta nuclear de Dimona», 16 de febrero, 2017.

[2] Arab News (Arabia Saudita), 26 de febrero, 2017.